Juan Carlos Pumilla
La memoria es un tatuaje del alma. Se lleva en la conciencia y obedece a sus dictados. Indeleble, eterno, nos dice quiénes fuimos y revela lo que somos. Testimonio para presentir destinos y decidir qué haremos
jueves, 11 de abril de 2024
Acerca del hambre
viernes, 29 de marzo de 2024
ALABANZA A LAS PAPAS FRITAS
Viene desde el fondo
de la historia
la solución,
digo.
Desde donde nace
la América hasta
el cuenco
de los desheredados.
Neruda las cantó
en los bostezos
de un siglo
complicado.
Ahora, en su
versión
más apreciada,
aquella que cautivó
al invasor, retornan
como una lanza en ristre.
Una suerte de Excalibur
redentora,
salida de la
piedra,
de esta Edad de Piedra.
Vuelven, desde el
llano,
desde la mesa del
hambre,
sirviendo, la
vindicta,
en un plato que
se come caliente.
Doradas, crujientes,
honrando los manteles del pobrerío.
que ahora descubren,
con fruición,
el costado más enclenque,
más desalmado
de la locura.
Receta del menú a
la carta
(pizca de sal, de
calle en marcha)
ingredientes para
enfrentar
¡quién no
quisiera!
la famélica voracidad
de los saciados.
sábado, 16 de marzo de 2024
La casa es el umbral
La casa es el umbral
(Mínima canción de contingencia)
Retumban esas suelas
que no son las de aquí
en la calle las
furias
vuelven a rugir.
Una sombra fugaz
le hace un guiño al sol
y me quedo a soñar
que ya puedo
dormir
ese mármol de aquí
me anticipa un final
la baldosa de allá
me devuelve al umbral
la cobija anda mal,
es el diario de ayer,
el futuro huirá
con cada amanecer
mi patria es el portal
donde duerme el después
y esos pasos de
allá
amenazan volver
en la calle viví
a la calle volví
este tiempo infeliz
se quedó por aquí
…………………………………
la frazada se ahogó
con la lluvia de ayer
el umbral derrumbó,
llora el diario ,otra vez
……………………………………
viernes, 8 de marzo de 2024
Esa mujer
viernes, 12 de enero de 2024
MAGDALENA DE LOS HORNOS
A Teresa
Pérez, que no olvida.
Hay una fibra de desafío en los
ojos pardos, acaso cierta condescendencia,
mientras su silueta flamea sorteando las hornallas. El cáñamo que protege
sus plantas rubrica los pasos en el piso teñido de rojo. Pareciera que
juega a la rayuela con el chisperío tratando de evitar el asalto de una pavesa a los vuelos de la pollera.
Sabe, porque ha escuchado a
Bustriazo, un amanecer de melancolías y vino negro, la historia del gato yesca,
Humedece sus labios con la punta
de la lengua y un hilo de saliva queda hamacando en las comisuras. Lo quita y
con su dedo índice bendice la frente del capataz.
Allí, donde el barro se hace piedra y no hay como el
piquillín para engordar el calor.
¡Catequesis de los obradores, si
lo sabrá Teresa Pérez!
Los hombres que la contemplan han
abandonado, al verla , sus talantes taciturnos. Algunos celebran besando una redoma, otros hunden sus manos en los
bolsillos practicando con sus dedos un arqueo de los centavos que quedan de la quincena. Hay un anciano al
que las llamas han hipnotizado para trasportarlo a una parcela de su vida que
no tiene regreso.
A esta altura, con un poco de
suerte, Mareque liberará a la guitarra de su encierro y endiablará una brasita
de fogón.
Pero todavía no ha llegado el conticinio.
Un pibe seca el sudor de su rostro
con la gorra y su mirada se enhebra en el pelo cobrizo de la muchacha que ha
descubierto al poeta en la rueda: edifica una sonrisa en su semblante y se la regala, pródiga.
Quizás en
agradecimiento por un mote absolutorio, una indemnización poética que alberga el pasaje de Unca Bermeja,
funda un misterio para iniciados y pone
cimientos a la leyenda.
“ay mi casada de tornasoles
mi
algarroba de treinta sombras…”
-De
quién habla?
-
La chica, che, del pubis desolado
A medida que la noche se destila en sombras ella se hunde
en la fronda que marca la frontera con vehemencias
cercanas de la penumbra. . Lo hace otra
vez y otra…
Y así,…, en tanto el pibe de la gorra enjuga su frustración porque se ha roto el hechizo y
el hombre de las monedas pide un refuerzo que le niegan.
Resignado, pliega su mano para hebras de Caporal en la
cuna de papel arroz.
Crepita el leño, alborozado, disputando con las estrellas.
Luego compareció el tiempo de las lluvias, y
sobrevinieron otras tormentas. EL Penca
se introdujo en su ciclo Lila y el hada
de los hornos no tuvo quien la diga. Sucumbió, como muchas (salvo Rubiatango), ante una de las más eficaces y terribles
trampas de la existencia. La del olvido.
“..y en las hornallas hízose el
fuego
y
la gente bailó sonámbula
las
pirámides truncas moras
de
panes pálidos cuajadas
y
bailaron las bayas secas
de
los mollares enrojecidos
tan
en la música enlazábanse
tan
bien mirábanse a los ojos
el
quejón bailó levemente
y
llamábate en las zarzas
y
bailaron bichos azules
mariposones
bermellosos
bailaba
el polvo de la tierra
la
brisa toda acollarada
y
muy la noche hizóse el beso
y
heridas fueron las caderas
las
cinturas despelechadas
en
la barrienta hechicería
centella
verde no bajaste
y
empurpurada toda fuísteme!...”
Dicen que reía y su risa era canto en las quedas del
estío.
Dicen, también, que anduvo alimentando otros fuegos y
hasta cambió de rumbos, Por Anguil la
vieron, tal vez por Lonquimay. Magdalena
de las orillas, pobre en el pobrerío , herida
de impiedad y desamparo, se salva en una línea, del Juan Linyera o un poema de
laTei, referencias preñadas de cariño, piedad y redención poética.
Ella, Su majestad del obrador, dilapida su ardor a los desosegados.
Si viviera andaría pisando los ochenta.
De no serlo ,valga esta ofrenda en el altar de su memoria. Una esquela mínima que diga, por ejemplo, a la niña cuyo único pecado fue sobrevivir al gusano del
hambre.
martes, 26 de diciembre de 2023
domingo, 10 de diciembre de 2023
"Ave César"
Victor Mature , su
rostro cincelado a machetazos, sucio y sudoroso, alza la vista y en
sus ojos fibrila una chispa de júbilo mechado con un filamento
de alivio. A vencido a un retiarius y luego a un león. Solo, él solito, con su
espada implacable . En la otra mano, el yelmo
que refulge haciendo parpadear al César que lo contempla con indulgencia y tal vez una pizca de
conmiseración.
Mature no siente temor por su destino.
Sabe, porque ha leído el guión de punta a rabo, que al final se quedará con la
muchacha.
Era una de romanos, porque en el matiné
del cine Marconi abundaban las de
vaqueros y gladiadores antes que las de piratas.
Finales
de los cincuenta, la hemos visto un par de veces luego de abandonar al niño
reclamados por adolescencias urgentes.
De ahí la
evocación.
Cada vez
que Mature, el último gladiador, formalizaba el ritual reverencial ante el César nos estremecían sus implicaciones. Por su presagio, por el inexorable
veredicto sumado al bramido de la plebe
de pan y circo exigiendo pulgares al
cielo o al suelo.
Ave,
Caesar, morituri te salutant» («Salve, César, los que van a morir te saludan».
Gracias Suetonio.
Aquellas tardecitas, morosas y previsibles ,de la
aldea no han retornado a nuestras vidas.
Y ya
Mature ha muerto.
Esta
noche, acaso convocados por la nostalgia, se hicieron presentes algunos tracios
y Dimachaerus , semblantes hoscos, expectantes, invitándonos a participar del los fastos ante el Monarca.
Como en las
sesiones del Marconi, a poco que iniciaron la ceremonia
de pleitesía, un suave sopor nos invadió preludiando el sueño.
No podemos
discernir si fue pura fantasía. Empero juramos que, antes que ello sucediera alcanzamos a percibir,
etéreas, , abigarradas, enfervorizadas
columnas rumbo al coliseo. Armadas Brancaleone proclamando a voz alzada su devoción al emperador.
Argentinitos
en dos ruedas, desalojados de la esperanza, arrogantes haciendo gala de su vulgaridad, damas de
estridentes capelinas con sus pulgares
altivos, primates del odio,panelistas pródigos, Barteblys con ganas de pelechar, Rapis de deliverys
esquivos…
Todos..; bueno casi todos consolidados morituris
homologando que esa película ya la hemos
visto.
domingo, 3 de diciembre de 2023
el Basko
Lo conocimos en el mediodía de los setenta. Compartíamos la aflicción
por Tlatelolco y una creciente admiración por los efluvios del mayo francés y la
revolución china.
A su juicio
manteníamos cinco diferencias que impedían un vínculo más activo y orgánico. Esas
contradicciones, náufragas y ahogadas en
el mar del olvido, estaban impregnadas de impericia y cierto infantilismo de
izquierda que acaso, hemos logrado superar.
Nos llevaba
una ventaja. Él se había codeado con el Ché
-en todo el sentido de la expresión - mientras que nosotros lo contemplábamos
en el poster del comedor.
Por entonces
era el Vasco con “V” corta y no sospechábamos que aquellas cinco piezas de
debate yermo se convertirían en una coincidencia de vida y amistad que se prolongaría
por casi medio siglo. La poesía ayudó
mucho como también la tristeza por la muerte
de un tal Basilio Kancheff y la mancomunión con la figura de aquel relojero anarquista que
nos vigorizó en la épica, en el abrazo a la poesía, en la necesidad de
alimentar la utopía a toda costa.
Cuando la V
corta maduró para mutar en B larga también
creció la prosa, su visión del mundo, la fraternidad.
A fuer de
verdad digamos que la APE fue propiciadora de armonías y encuentros. Pero en
nuestra memoria perduran como insustituibles aquellas jornadas en que cubría
los turnos en la farmacia de la avenida
Belgrano y las redomas eran testigos de afanosos planes para cambiar al mundo tan
sólo pertrechados con un soneto.
Una vez, en
tiempos en que las puertas cerraban sin llave, descubrimos un mensaje reposando en la mesa diaria que
decía “por dónde andan, los extraño”.
Esta tarde, cuando Paulita nos dijo lo que ahora todos saben, comenzamos
a buscarlo tratando de evitar una impiadosa
lágrima peregrina. Un exiguo papel que todavía no localizamos. Quizás habite en el interior del libro que ilustró Raquel,
jugando a las escondidas entre las carpetas, o en aquel sobre que trajera
noticias del Guiye contrariando la
lógica del tiempo. Un atadito de saludos y poemas que el propio Basko, junto a Pocha,
nos entregara como el milagro de una botella al mar.
Mañana
iremos a sancionar que aquellos cinco enfoques encontrados nunca fueron
obstáculo para el abrazo y que… “Viva la liverta”, carajo.
Tal vez, a
eso de las once, en medio de la despedida, un ángel euskaldun deposite sobre la madera un mínimo mensaje que exprese lo mismo que aquel otro que quedara boyando en nuestro
mantel.
viernes, 24 de noviembre de 2023
En la calle nos vemos
¡Se vienen los Ellos!
NOS VEMOS EN LAS CALLES
Si el lunes no acompaña,
puede ser este viernes
una estación de luces
y sin tiempo.
Será en aquel baldío
donde se oculta el silencio
o en los tapiales ariscos
de contraolvido.
Nos vemos compañera,
al sur de los caldenes,
en la hilera del pueblo,
a metros del lugar
en que se amortiza el miedo.
Por si acaso un traspié,
y para que no haya dudas,
-como labrado a fuego-
insisto en que nos
vemos,
andando, a cielo abierto.
Reniego de las promesas
al igual que a profetas,
esos que le mezquinan
su presencia en las plazas
aunque les sobran
ofrendas.
Pervive esta pulsión
que viene desde
lejos,
aquel solar de angustias,
la noche de
tormentas,
la ronda de los
jueves,
los dichos de una abuela.
Así que ratifico
allí estaré presente
espantando un
desvelo
armando los abrazos
inmerso entre la gente.
en las calles nos
vemos,
en las calles, de nuevo
y será como siempre
plebeyos, obstinados
cerrando un puño al cielo
domingo, 19 de noviembre de 2023
Acerca del hambre
En el Museo de la Historia habrá un contenedor. En su interior un zapato sin suela, una silla de tres patas, el mango de un hacha, acaso un ...
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