lunes, 26 de septiembre de 2016

Celia

Celia Jinkis de Jorsunsky - Juan Carlos Pumilla

Me ví en sus ojos claros antes del abrazo. Le reclamé un plato de kefilte fish que quedó pendiente una noche  de otoño en la calle Sarmiento. También las llamadas largas,  domingos por la tarde, y otras chucherías que no vienen a cuento.

Ella ya  era ejemplo.
Luego de la primera marcha. 

Sufragué mi deuda de ausencia condensando su hombro  y  rubriqué   una  promesa para quebrar el silencio. La luz  nos daba a pleno y  en su pañuelo blanco posó una mariposa que se quedó a mimarla.

Ella ya es  leyenda.
antes  de la última marcha.

Iba con galanura por la placita añorada   seguida por un cortejo de risas y algún llanto. Parecíamos pájaros en un campo sembrado.
No hizo falta más, en sus pupilas diáfanas brillaba un astro, cuando la despedida desplegó su  sol alto.

Celia  se alejó despacio
y yo comencé a extrañarla.

Fue hoy por la mañana, primavera y canto. Detrás de las ventanas, germina el  árbol.

He visto esa mirada
nen las rondas de marzo






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